Sunday, 25 March 2007
Saturday, 24 March 2007
Thursday, 22 March 2007
Saturday, 17 March 2007
Thursday, 8 March 2007
El nadador
Un día, uno de los Grandes Sabios de Khelm fue a bañarse a un lago cercano a la villa y a punto estuvo de ahogarse. Sus gritos atrajeron la atención de otros bañistas, los cuales acudieron en su ayuda. Cuando lo sacaban del agua, más muerto que vivo, el Sabio hizo este solemne juramento:
—¡Juro que nunca más me echaré al agua sin haber aprendido antes a nadar!
tomado de "Cuentos del Pueblo Judio" de Ben Zimet
¿Dónde está la verdad?
"Ciertos discípulos vivían preguntándome dónde está la verdad", dijo Maal-El. "Entonces, cierto día decidí señalar hacia una dirección cualquiera, intentando demostrar que lo importante es recorrer un camino, y no quedarse pensando sobre él." "En vez de mirar hacia la dirección que señalaba, el que me hizo la pregunta comenzó a examinar mi dedo, intentando descubrir dónde estaba escondida." "Cuando las personas procuran un maestro, deberían estar buscando experiencias que puedan ayudarles a evitar ciertos obstáculos. Pero, lamentablemente, la realidad es otra: están usando la ley del menor esfuerzo, intentando encontrar respuestas para todo." "Quien acepta, sin preguntas, las verdades de su maestro, jamás encontrará su camino."
Por qué contar historias
Elie Wiesel cuenta que el gran rabino Israel Shem Tov, cuando veía que los judíos estaban siendo maltratados, se iba al bosque, encendía un fuego sagrado y hacía un rezo especial, pidiendo a D’os que protegiese a su pueblo. Y D’os enviaba un milagro. Más tarde, su discípulo Maggid de Mezritch, siguiendo los pasos del maestro, iba al mismo lugar del bosque y decía: "Maestro del Universo, yo no sé cómo encender el fuego sagrado, pero aún sé la plegaria especial, ¡escúchame, por favor! Y el milagro se producía. Una generación se sucedió y el rabino Moshe Leib de Sasov, cuando veía las persecuciones de su pueblo, se iba al bosque diciendo, "Yo no sé encender el fuego sagrado, ni conozco la plegaria especial, pero aún me acuerdo del lugar. ¡Ayúdanos, Señor!" Y el Señor ayudaba. Cincuenta años después, el rabino Israel de Rizhin, en su silla de ruedas, hablaba con D’os: "No sé encender el fuego sagrado, no conozco la oración y no consigo siquiera encontrar el lugar en el bosque. Todo lo que puedo hacer es contar esta historia, esperando que Dios me escuche". Y contar la historia fue suficiente para que el peligro se alejara.
Según Wiesel, D’os creó al hombre porque Él adora las historias. Lo que está escrito.
De "Celebración Jasidica"
La marca del ángel
Dicen que cuando un niño está en el seno de su madre tiene todo el conocimiento del mundo. Sabe cuántas estrellas hay en el firmamento, cuántas gotas hay en el mar, cuántos granos de arena en el desierto. Conoce los misterios del cielo y las estrellas, y conoce hasta la última letra de la Torah. No hay misterio sobre la faz de la tierra que desconozca, ni misterio en el cielo o en el mar que no pueda resolver.
Pero cuando está a punto de nacer, su ángel de la guarda baja del cielo y colocando un dedo sobre sus labios sella todo su conocimiento dentro de él, y le susurra una sola palabra—: “Aprende.”
El Loco del Rey
El cuento favorito de Aaron
Un Loco originario de Khelm sirvió antaño fielmente a Lotsmikhoup Khonisthkakoyekh I, rey de Polonia a la sazón, durante más de veinte años. Pero un día el Loco hizo comentarios que disgustaron soberanamente a Su Majestad. El rey dio orden de que lo ejecutaran.
La víspera del día previsto, el rey mandó llamar por última vez al bufón caído en desgracia.
—Mendl —le dijo (porque en privado el rey llamaba a su Loco por el nombre de pila)—, Mendl, me has servido muy fielmente durante muchos años. Después proferiste frases imperdonables, incluso a un Loco. En reconocimiento a los grandes servicios que me has prestado, te permito escoger la manera de morir.
—Señor —exclamó Mendl el Loco—, si no te parece mal, escojo morir de viejo.
La aldea de Khelm
Cuentan que cuando D’s creó el mundo envió a dos ángeles para que repartieran la sabiduría y la estupidez por todo el mundo recién creado, y que cuando el ángel que llevaba el saco de la estupidez voló cruzando las montañas que rodeaban a la pequeña aldea Khelm tropezó con las montañas y más de la mitad del contenido del saco cayó sobre la pequeña aldea.
Los habitantes de la aldea de Khelm no es que sean estúpidos o tontos, simplemente están un poco locos. Y una vez de cada mil, aciertan.
tomado de "Cuentos del pueblo judío" Ben Zimet
El ángel de la concepción
El ángel asignado a la vigilancia de la concepción se llama Lailah. Cuando tiene lugar una concepción él toma una gota de semen y la pone ante el Santo, Alabado sea, diciendo: -Señor del Universo, ¿cuál será el destino de esta gota? ¿Saldrá de ahí una persona fuerte o débil? ¿Una persona sabia o necia? ¿Una persona rica o pobre? Sólo hay una pregunta que el ángel no hace ya que la decisión no le corresponde a D’s: -¿Será una persona justa o malvada?
tomado de "Cuentos del pueblo judío" de Ben Zimet